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miércoles, 3 de mayo de 2017

Segunda Tarea..

Un poco tarde pero... ¡aquí está! Os traigo la maravillosa historia de los tres cerdi... no, espera... La historia del Lobo y de cómo ocurrió realmente el problema con los cerditos.


1. Era la Achofina, uno de sus más especiales sabores y fuente de cientos de sus recetas. Raudo, salió atrompocando de su casa en busca de la ansiada especia. Pronto llegó a una pequeña casita, de paja, donde vivía un cerdito. Éste, muy egoísta, no compartía nada con nadie. Todo lo que conseguía lo usaba para su propio beneficio. Al preguntarle el lobo por su Achofina, el cerdito le lanzó un bote de harina para que se fuera. Entre tanta harina, tos y más tos, el lobo estornudó tan fuerte que derribó la casa. ¡Qué desafortunado cerdito!

2. El lobo planeó algo nuevo, arriesgado pero muy intelinado: entrar por la chimenea, coger su tesoro y salir por patas. Sí, el lobo sabía que estaba mal y que en la chimenea solía haber fuego o cociniembres de comidas anteriores. Aun así, se lanzó por la chimenea con tan mala suerte que cayó dentro de la olla de agua hirviendo donde iba a preparar el cerdito su próxima cena. Por poco no se ahoga en ella, pero pudo salir corriendo y, golpeando todas las cosas que le rodeaban, volver a su casa cabizbajo y lloriqueando por no conseguir su preciada especia. Nunca más volvería el lobo a cocinar tras el incidente.

3. Había una vez un Lobo que le gustaba mucho cocinar. Se pasaba el día en su cocina, entre puchero y puchero, experimentando, involantando y creando con todas las especias del mundo. Dedicaba horas y horas a los mismos ingredientes hasta que conseguía batorrizar todos ellos. Un día, una de sus especias se le acabó en pleno experimento culinario.

4. Aún enharinado, el lobo se dirigió a la siguiente casa que vio, una de madera y un poco mejor arreglada que la anterior. Curiosamente, otro cerdito cocinero, procedente de Caldún, vivía en ella. Tanto era el miedo que tenía a que el lobo le robara sus recetas que cogió lo primero que vio y se lo lanzó. Un bote de pimienta. Por fortuna no alcanzó al lobo en la cabeza, pero la tosinenda volvió a atarcarle y con ella los estornudos. Así, la segunda casa, de madera, también cayó.

5. Desde luego, las cosas no le estaban saliendo muy bien al pobre lobo. Seguía sin encontrar su Achofina cuando comenzó a oler algo cachufláutico. No se lo creía. De la tercera casa, una de ladrillo, grande y robusta, salía el olor inconfundible de la especia que le faltaba. Corriendo, llegó a la puerta y la aporreó como un boxeador cachimorrearía a su adversario. Dio la casualidad de que el inquilino de aquella majestuosa casa era otro cerdito. Éste, pensando que el Lobo era un bandido que iba derrumbando las casas de sus vecinos por diversión, cerró su puerta con candado. El lobo tendría que idear un nuevo plan.


Achofina. Especia de origen Calumirano que da un sabor muy característico a las comidas.

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